domingo, 25 de mayo de 2008

EN EL PAIS DE LAS MARIPOSAS/ Miguel Angel Pérez Ordoñez





Por Miguel Ángel Pérez Ordóñez

El hombre es producto del azar y la necesidad. El azar es biológico, propio de la naturaleza; a su vez, la necesidad, aunque se apoya en el azar, es una fuerza simbólica, de la cual no se puede prescindir.
De esta segunda característica que constituye al hombre, nace el poeta. Porque, quizá, en una noche cósmica, ese hombre de carne y hueso fue avasallado por el misterio insondable del universo y, por eso, sale a la cotidianidad no como todos lo hacen: a desgastar sus vidas tan solo, sino a ver y a contar las cosas como si nadie, antes de él, lo hubiera hecho. 

De ahí que la única voz que escucha es la suya, pues en ella solo están sus deseos, su fe en la belleza que canta, aunque también sus derrotas y tristezas. Nada, entonces, le llega desde fuera a un artista, a un poeta. Todo está en él y en sus espacios, topias particulares donde se refugia para no dejarse contaminar del ruido que producen los demás.

Como escritor de formas literarias, percibo en esta antología (que completa la trilogía iniciada con “Los girasoles de Van Gogh”, 1999 y “Atlántica”, 2004) una voz propia en Acevedo Linares; la misma que se halla permeada por los recuerdos de su infancia, su erótica y la impronta que le han dejado sus lecturas.

Vivencias que van esparciendo su vida y que el poeta plasma con metáforas sencillas en sus jirones de poemas que forman un todo: escritura de un hombre sensible que camina por las calles anegadas por la lluvia o por atardeceres bermellones que hacen propicio el canto de las cigarras y las danzas efímeras de las mariposas.


POETICA

La poesía se escribe
con la propia vida
de quien la sueña
es de quien la trabaja
como la tierra que se siembra
a veces no es de quien la escribe
sino de quien la enamora
la poesía nace desde el fondo
de sí mismo como desde el fondo
de los ojos de una muchacha
no tiene partido pero
a veces se adhiere
a causas perdidas
y se escribe con ternura
como la que tienes
cuando ella te abraza desnuda.

Pero, a su vez, están las noches en donde los habitantes nocturnos de la ciudad beben sus penas de amor y olvidos, venden sus cuerpos y espíritus, y traman sus acuerdos siniestros que vengarán sus sueños de poder hechos pesadillas. Instantáneas que él, igual a un hábil fotógrafo, deja grabadas en sus poemas en la espera que un hermano de sangre, el lector, les de vida al recordarlas también.
Antonio Acevedo Linares, poeta, ha constituido un mundo propio que ha integrado a un país que él ve así y que el lector lo recrea. Considero que esa es la poesía.


Miguel Angel Pérez, médico y escritor santandereano.

Escrito con el Navegador Flock

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